Parece que ya es hora de compartir con todos un bosquejo de la vida cotidiana en este encierro en Dechen Chöling.
Como indicamos previamente en “Información sobre el coronavirus”, estamos completamente cerrados y casi todos nos encontramos actualmente en el paro. Los miembros del equipo que no viven aquí, en la finca, no pueden ya venir de visita, en vista de la normativa francesa sobre restricción de circulación y movimientos. Somos nueve personas quienes vivimos aquí, en la finca, juntos en el aislamiento. Es una experiencia extraordinaria y extraña, a veces difícil y a veces hermosa pero aquí estamos, torpemente buscándonos la vida y sintiendo miedo. En mi caso, por lo menos, siento en el enorme privilegio de estar encerrada en la tierra dhármica del gran gozo, y una hermosa responsabilidad para cuidar los edificios, la finca y a los demás hasta que podamos volver a recibir visitantes de nuevo.
¿En qué consiste la vida diaria en estos tiempos extraños? Bueno, la hierba crece y la primavera se muestra con elegancia, como ocurre siempre en Dechen Chöling. Me siento muy afortunada por tener un marco y un horario ya organizados. Practicamos por la mañana y por la tarde y seguimos tocando la campana cuando cocinamos para los demás. Hacemos turnos para cocinar e invertimos tiempo en limpiar, mantener y airear los edificios, aunque no los usemos. Algunos seguimos teniendo pendientes horas de trabajo contratadas, así que nos reunimos en zoom y pasamos tiempo en la oficina. La huerta está llena de brotes y en el invernadero tenemos hierbas aromáticas, espinacas y nabos para plantar así algunos pasamos el tiempo y disfrutamos al cuidar las plantas y recolectarlas para cocinar.
Tenemos tiempo para estudiar el dharma a nivel personal o en grupo (al aire libre y manteniendo las recomendaciones de distancia). Supongo que hacemos lo que hace todo el mundo: detenernos, hablar un poco, compartir los miedos y, a veces, nos quedamos quietos sin hacer nada más que contemplar el cielo azul, sin aviones, lleno de energía y espacio. O sólo experimentamos la vivacidad del mundo natural en una etapa del año en la que todo está repleto de posibilidades y energía interminable.
Mantenemos llamadas periódicas en zoom para que la directrice Konstanze Brockstedt nos tenga al día y podamos comprobar que somos una comunidad. Da gusto oír a los vecinos y colegas cómo están y mantenernos informados, todo lo que podemos, en esta situación.
Echamos de menos a Ute y la atención que pone en la práctica y el estudio, aunque hacemos lo que podemos cuidando la sala de meditación y la práctica en línea. Gracias al conocimiento y a las habilidades amplias de Véronique Villemagne, Rupön, comandante del Dorje Kasung europeo, celebramos con éxito el día del Paranirvana y una Sádhana de la amabilidad el día de luna llena en el campo del Dragón. Nos ofrece mucho a la comunidad y para la protección de Dechen Chöling: tenemos mucha suerte de que se haya quedado en nuestro encierro.
Energéticamente hablando nos parece muy importante invitar a los dralas y protectores y mantener su fortaleza, eliminando obstáculos y manteniendo el lungta. Muchos de ustedes hablan de la energía mágica de Dechen Chöling cuando vienen por aquí y mantener esta energía viva y en buen estado es nuestra motivación para pasar aquí nuestra vida de encierro.
Una de mis prioridades personales ha sido cuidar las ofrendas e invitar a los dralas, así que los lhásangs y las ofrendas a nagas y al Kami forman parte destacada de mi rutina, aunque todos tenemos nuestra forma personal de mantener vivo a Dechen Chöling en estos tiempos inciertos. Estamos cuidando mucho este lugar con la esperanza de que el futuro nos ofrezca a todos la ocasión de volver a vernos y compartir el dharma.
Con mucho cariño de todos nosotros en Dechen Chöling,
Cash Clay